Cada vez más conductores se paran a mirar el consumo de un coche antes de comprarlo. Estas cifras, junto con el precio final de venta y el tipo de motor, son algunas de las cuestiones más importantes a la hora de tomar una decisión.
Cada tipo de motor tiene sus ventajas y sus desventajas, en las que también influyen las necesidades y la situación personal. Por ejemplo, aquellos que puedan tener un punto de recarga en casa quizás prefieran apostar por un coche eléctrico, mientras que los que realizan largas distancias por carretera a menudo prefieran un diésel.
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De igual manera, conducir un coche supondrá un gasto diferente según su motor. Así, las cifras de consumo de un diésel, un gasolina o un eléctrico serán diferentes entre sí, al igual que el coste de recargar la batería o llenar el depósito.
Roams, una plataforma de control de gastos, ha analizado cuál es de media el gasto que cada conductor tiene que asumir al año según el tipo de motor de su coche. La diferencia es bastante significativa y, por ende, la capacidad de ahorro.
700 euros de diferencia en el gasto
Según sus cifras, el consumo medio anual de un coche eléctrico es de 385,87 euros. En comparación, un coche diésel consume unos 1.068,15 euros en combustible y un gasolina, 1.145,03 euros. Las diferencias son de 682 y 759 euros al año, lo que significa que un conductor de coche eléctrico puede llegar a ahorrar entre un 64 y un 66% en comparación con otros motores de combustión.
Eso sí, no todo es alegría en el mundo de los coches eléctricos. El precio de las recargas de la batería también puede dispararse según el tipo de enchufe que se utilice (por ejemplo, los supercargadores, donde el coste de cargar la batería puede superar los 40 euros). Además, la insuficiencia de cargadores y las filas en las electrolineras siguen siendo una realidad que obliga a los conductores de coches eléctricos a planificar al detalle sus viajes.
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